lunes, 24 de marzo de 2008
Tres días y dos noches con
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Sofía, Juan y Tolola... y Pocoyo, y Mickey, y Da Sidenita, y Senisenta, y Babbie, y Pajarolo y Tarta de Fresa y Pluto y escuchando una vocecita gritar por el pasillo
maninaaaaaaaaaaaaa.... ¡mé a jubá conmmigo!
Comiendo clamares, cahuetes y pitisuis.
Cantando la Marcha Húngara nº 5 de Brahms y pintando gatitos y prinsesas.
Otros perecieron en el intento de dibujar al gatito nº 87, o no pudieron superar el mismo capítulo de Juan y Tolola por séptima vez consecutiva. ¡JA!
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Yo y mis circunstancias
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8 comentarios:
Esa niña y su madrina deben de ser auténticas esquizofrénicas para compaginar con esa soltura a Pajarolo con Brahms.
¿Y no es genial? Bienvenida, volviste.
Ángel: Ciertamente, cada una de ellas encaja en un perfil tallado sobre roca caliza sobre los que se lee: Esquizofrénesis.
(Aunque no sé muy bien por qué el perfil de la niña es significativamente más pequeño que el de su madrina)
Arwen: ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola!
y mira, me sorprendo un montón de lo que me alegra volver a verte.
¿Dónde estuviste, Ginger, en el pais de Nunca Jamas?
Tenderrrrrrr
¿Y por qué no les pones anime japonés como a todos los niños sanos? ¿Quieres que crezcan sin saber lo que es un kamehameha?...
¿Ginger, dónde has ido,
como el ciervo herdio
salí tras tí clamando
y eras ido?
A parte de ser difícil diferenciar quién es Charlie y quién es Lola (de hecho creo que se intercambian continuamente la camiseta que reza "Charlie"), gastan una oligofrénica risa a lo Beavis & Butthead que no augura nada bueno a las futuras generaciones