Ah Oui!

Hoy me he encontrado con lo que probablemente sea el vídeo más curioso que jamás he visto. Durante seis años, este chico se ha hecho una foto cada día. Creo que el resultado no deja indiferente.

"División Autonómica y Unión Europa. El autogol de los nacionalismos".

Creo que es un buen título para un artículo. Si lo hubiera. Para bien o para mal, mi primera publicación no tiene nada que ver con uno, ni mucho menos jurídico. Eso sí, es políticamente menos comprometido y para nada polémico.

Soy la portada del mes, un poco superhappy pero ¿qué queréis? ¡así soy yo! Es una publicación de voluntariado.

¿Se puede decir técnicamente que te publican cuando se trata de una revista gratuita y tú tampoco cobras?

Esperando que llegase la hora de mi cita. Estuve haciendo tiempo, dando vueltas por la ciudad... Iba con mi madre caminando en plan de anuncio femenino "mi madre es mi mejor amiga".
Y lo que pasa... ¿a dónde van a parar dos mujeres con gustos diferentes que buscan una distracción inocente para matar el tiempo y resguardarse del calor febril de las calles de Murcia a las 3 de la tarde? Exacto. Al Corte Inglés. El sitio donde todos encuentran lo que buscan. Y no sólo eso, sino que además te lo empaquetan con un precioso lacito dorado.

Me aproximaba a la entrada, distinguí con facilidad su inconfundible silueta ave carroñera. Fuimos hace un tiempo amigas, hasta que no pudo soportar más que saludase a la gente a la que ella despreciaba. Despechada huyó a una gruta oscura y profunda pero espaciosa, para poder lamentarse amargamente ante un aforo considerable de mi pueril traición cortés, de la que al parecer nunca me arrepentí. Y nunca más se supo de ella a este lado del Kilimanjaro.

Hubo quienes dijeron haberla visto en el país de las baguettes, en una peligrosa misión de espionaje industrial para el negocio de su familia. Otros afirman que en realidad nunca se marchó de su pueblucho y que aún despachaba el pan y los cotilleos como de costumbre con semblante de mesonera de carretera, al otro lado del mostrador de la panadería de su padre.

Aunque no me importaba dónde había estado. Lo importante es que ahora estaba alli, enfrente de mí. Y reincidiendo en mi odiosa costumbre de cortesía ilimitada, preparé una sonrisa que dedicarle. Pero no hizo falta, mi visión fué para ella como un "ábrete Sésamo", y la pesada losa se deslizó lentamente hasta apartarse de la entrada con una sonrisa entre los dientes. Pude atravesar el umbral. El aire acondicionado refrescó mis ideas: "sigue igual de tonta" pensé. "¿Quién?" dijo mi madre. Tal vez lo pensara en voz alta, "Pues... (llamémosla X), estaba en la puerta". Miré y había vuelto a ocupar su lugar original ahora que yo ya no estaba, de forma que la luz no podía pasar a través de la puerta. Mi madre se giró, "¡¿¡ESA ES!?!", "sí, esa", "¡¿¡pero es que se ha casado?!?, ¿de cuántos meses está?".

Hoy resulta que...

Recogiendo el testigo que me pasa Linkita continúo la noble misión de responder a una de las preguntas que consumen el espíritu del hombre desde que es hombre. Pues es inherente a su naturaleza curiosa el plantearse interrogantes, del mismo modo que el croar lo es a la naturaleza de las ranas.

Hoy me ha sorprendido el sueño americano. Aparecía y desparecía intermitentemente en la larga fila de coches. Con una camiseta verde de manga corta y un chaleco con un águila americana y lo que parecía una cita bíblica (aunque no he podido asegurarme del todo porque no era cuestión de atropellarle). Le adelanté sin pensarlo. En efecto, era una Harley. Y además de las bonitas.

No tardé en arrepentirme. Podía ver las luces de sus tres faros por el retrovisor entre los coches. No pude resistirme y aminorando la marcha pronto volví a estar donde quería; detrás de él. Me fijé un poco más en los detalles; al adelantar le había hecho un miniescáner: hombre de piel muy morena (probablemente de conducir), de mediana edad, complexión fuerte, bastante alto y (muy importante, chicos del rincón metrosexual) limpio.
Detrás de nuevo, vi que llevaba una mochila con equipaje. Sobre la placa amarilla de su matrícula se leía MOE306. Viajaba solo. El sonido de su motor se escuchaba dentro de mi coche, por encima de la música de los Beatles. Un ronroneo perfecto. Iba como remolcada, mientras hacía conjeturas sobre el personaje e imaginaba que le estaba acompañando en su viaje a ningún lugar (porque ir detrás de él en mi coche es lo más cerca que jamás voy a estar de un viaje a ningún lugar).

Ha abandonado la autovía varias salidas antes que yo. Apenada por la pérdida, y para sustituir el vacío que había dejado en mí, he cambiado el cd de los Beatles por uno de Texas y más tarde por uno de Bon Jovi (debería llevar un cd especial con Born To Be Wild para este tipo de ocasiones). Al fin y al cabo, yo también viajaba sola, con el maletero lleno de bártulos, de vuelta a casa tras el curso. Y también yo, he tenido hoy un pequeño sueño americano mientras conducía mi coche durante el resto del trayecto.

En efecto, soy madridista "y lo dices ahora que ha ganado ¿eh?" En efecto. No creais que soy tonta.

La verdad es que estas últimas jornadas han sido de lo más emocionante. Después del partido del domingo pasado creía que mis nervios podrían soportar cualquier cosa, y ayer me di cuenta de que no. Sencillamente no estaba preparada para tanta tensión. Y reconozco que por un microsegundo lo creí todo perdido. Bueno, todo no. Ahí estaba Victoria para devolverme la fe, porque chicos, mientras hay estilo hay esperanza. Y con Vicky Beckham hay mucha, mucha esperanza. El Real Madrid aún podía ganar el partido y hacerse con el título de liga. Pero la cosa pintaba mal y creo que Victoria hizo bien en invitar a super-Tom y elastie-Katie a la cita (el escuadrón de la esperanza al completo). Un par de primeros planos del cámara y mi ánimo ya se había restaurado íntegramente. Estaba convencida de que íbamos a ganar. Los goles y el resto de pormenores llegaron después, fruto del efecto que la visión de estos tres ídolos de la moda causó en la moral de la afición y de los jugadores. Con la certeza de que nada podía ir mal con Cruise en el estadio el equipo arriesgó y ganó.

Tras este pequeño mini-milagro en forma de copa de la liga y toda una noche de introspectiva reflexión, puede que me convierta a la cienciología si consigo reunir el dinero suficiente para el bautismo. De momento hoy me he puesto unas gafas aún más grandes que las de Katie (aunque no tanto como las de Victoria, porque ella es insuperable) en señal de agradecimiento y he prometido que no seguiré ninguna tendencia de la que Victoria Beckham no sea bandera (renunciando a otro gran hito en estilismo a quien hasta ahora emulaba, Björk).

En fin, qué alegría haber ganado esta apasionantísima liga, porque de haber perdido habría sido agónica. Van Nistelrooy tiene aún un asunto pendiente que saldar la temporada que viene. Guti, desde luego un bálsamo para la moral de afición y equipo. Raúl imprescindible. Sergio Ramos una apuesta segura. Salgado apasionado. Capello resultón como en su primera vez.
El Madrid no sólo ha ganado. Ha jugado y sobretodo ha dado juego.

Todo el mundo sabe que el momento más trascendente en la vida de un estudiante no es el propio examen. Tampoco son las clases, los compañeros, los libros o las tardes en la biblioteca. Todo eso son pamplinas.
Lo que verdaderamente importa, lo que trasciende, es otra cosa. Y llega, tarde o temprano, una y otra vez de forma inexorable. Nos obliga a enfretarnos desesperadamente a nuestras debilidades, a nuestras negligencias, a afrontar lo que fuimos y lo que a estas alturas deberíamos ser.
Nos aboca al eco del desamparo más absoluto en la noche. El puente hacia el abismo. Ya está aquí otra vez. La noche antes del examen.

Y con esto queda oficialmente inaugurada la temporada de exámenes.

Mucha suerte a todos los que están de exámenes. El examen pasa. El alumno sobrevive.

Él: Sí, a mí me gustan mucho las chicas que visten de Roberto Verino

(y aunque yo vestía de Roberto Verino y lo tomé como un cumplido... mi camisa no ponía marca, con lo cual esto nos arroja ante tres terribles posibilidades a cual más escabrosa:

nº1: Él mismo ha comprado esta camisa a otra chica.
nº2: Este chico es un friki de la moda que no sólo conoce las tendencias, sino todos los detalles pormenorizados de cada colección.
nº3: Su madre tiene esta camisa (y él, por el complejo de Edipo se siente atraído por mujeres que le recuerden a su madre y... ¡OH Dios! ¿significa eso que yo le recuerdo a su madre?¿busca que le prepare un vaso de leche con galletas?)

Debido a la incertidumbre, mientras él se mostraba satisfecho y con una sonrisa de "he dado en el clavo ¿eh?", decidí averiguar en cual de las tres posibilidades podía encuadrar a este especimen...

En este día tan especial, me llena de orgullo y satisfacción felicitar a todos los murcianos que dignifican con su trabajo y esfuerzo esta tierra fecunda de nuestra Región.

La noble y hermosa Región de Murcia, tierra próspera, castiza y llana, es prolija en murcianos insignes, bandera y escudo de nuestra Comunidad. Podría hablar, por ejemplo, de D. Bartolomé Pérez Casas, compositor del Himno Nacional de España (además lorquino). Pero esta vez hablaré de algo serio de verdad, hablaré de un gran hito. Del papel fundamental que jugó la Región en la Historia. Un hecho que, tristemente le es desconocido a propios y extraños.

En esta tierra enraizaron y crecieron. De ella beben y por ella subsisten ciertas moreras. Y no me refiero a unas moreras cualesquiera. Me refiero a las moreras de que se alimentaron los gusanos que tejieron la seda del vestido de novia de Lady Diana. En efecto, esa preciosa seda marfil es murciana (por otra parte, no podía ser de otra manera). Fotografías que dieron la vuelta en las publicaciones más prestigiosas, retransmisión en directo de la que fue calificado como "la boda del siglo".


Aprovechando el día de la Región, quiero hacerme eco de esta increíble hazaña. Y quiero felicitar a aquellos que han sido ninguneados por la Historia, pero que trabajaron anónimamente con paciencia y constancia durante toda su vida en el negocio de la seda en Murcia, procurando la gloria de la Comunidad, los gusanos de seda.

Amigos, no detengáis la cadena de gloria murciana (reenviad un link directo a mi blog a 30 personas antes de 9 segundos o exponeos al tormento a que los dioses griegos a quienes me encomiendo, decidan someter a vuestros cuerpos. ¡¡ESTO NO ES MENTIRA!! una vez un chico, envió el link a sólo 29 personas y se convirtió en gusano de seda. Desde entonces Billy (que así se llamaba) trabaja en las moreras, escuchando cómo los otros gusanos se jactan del vestido de Lady Di).

¡Ey, ey, ey! ¡Hola, hola, hola!

Ocurre una cosa de lo más extraña. A mis amigas de la resi se les ocurrió construirme un buzón y pegarlo a mi puerta. Lo cierto es que la iniciativa es ya extraña de por sí, pero no es de mi maravilloso buzón azul de lo que quiero hablar.
Paradójicamente lo raro no es la ocurrencia de construir y decorar un buzón de cartón, lo peculiar es que la gente que pasa mete cosas en el buzón.

Y algo aún más peculiar, la gente que deja cosas, normalmente no pone su nombre. Todos los días compruebo mi buzón. "¡Hola guapa!", "¿qué tal tu día?", dibujos, piruletas y chicles.

La semana pasada me encontré con la Cosmopolitan Mini de Junio. ¡Gracias, querida benefactora anónima!

Y bueno, ultimamente me viene a la cabeza la idea de que mucha gente sólo necesita que le den la oportunidad de ser agradable. Y puede que tal vez, todos necesitemos buscar buzones anónimamente. En fin, a los hechos me remito.

¿Qué tal ha ido el fin de semana? Saludos generales y abrazos para todos.


Abrazos gratis en Cartagena

Desfilaban en el espejo retrovisor los postes de la línea telefónica, erguidos, serios y solemnes y algún que otro árbol seco; las colinas azules al fondo. El paisaje árido y desierto que la crió. El aire parecía más fresco a través de la ventanilla del coche en movimiento.

La canción ochentera que se escuchaba por el altavoz izquierdo y el alboroto del viento en su pelo le impidieron ver el desfile de despedida.