lunes, 25 de junio de 2007

postheadericon Rencores en silencio

Esperando que llegase la hora de mi cita. Estuve haciendo tiempo, dando vueltas por la ciudad... Iba con mi madre caminando en plan de anuncio femenino "mi madre es mi mejor amiga".
Y lo que pasa... ¿a dónde van a parar dos mujeres con gustos diferentes que buscan una distracción inocente para matar el tiempo y resguardarse del calor febril de las calles de Murcia a las 3 de la tarde? Exacto. Al Corte Inglés. El sitio donde todos encuentran lo que buscan. Y no sólo eso, sino que además te lo empaquetan con un precioso lacito dorado.

Me aproximaba a la entrada, distinguí con facilidad su inconfundible silueta ave carroñera. Fuimos hace un tiempo amigas, hasta que no pudo soportar más que saludase a la gente a la que ella despreciaba. Despechada huyó a una gruta oscura y profunda pero espaciosa, para poder lamentarse amargamente ante un aforo considerable de mi pueril traición cortés, de la que al parecer nunca me arrepentí. Y nunca más se supo de ella a este lado del Kilimanjaro.

Hubo quienes dijeron haberla visto en el país de las baguettes, en una peligrosa misión de espionaje industrial para el negocio de su familia. Otros afirman que en realidad nunca se marchó de su pueblucho y que aún despachaba el pan y los cotilleos como de costumbre con semblante de mesonera de carretera, al otro lado del mostrador de la panadería de su padre.

Aunque no me importaba dónde había estado. Lo importante es que ahora estaba alli, enfrente de mí. Y reincidiendo en mi odiosa costumbre de cortesía ilimitada, preparé una sonrisa que dedicarle. Pero no hizo falta, mi visión fué para ella como un "ábrete Sésamo", y la pesada losa se deslizó lentamente hasta apartarse de la entrada con una sonrisa entre los dientes. Pude atravesar el umbral. El aire acondicionado refrescó mis ideas: "sigue igual de tonta" pensé. "¿Quién?" dijo mi madre. Tal vez lo pensara en voz alta, "Pues... (llamémosla X), estaba en la puerta". Miré y había vuelto a ocupar su lugar original ahora que yo ya no estaba, de forma que la luz no podía pasar a través de la puerta. Mi madre se giró, "¡¿¡ESA ES!?!", "sí, esa", "¡¿¡pero es que se ha casado?!?, ¿de cuántos meses está?".

("¡JA! ¡Chúpate esa!")

5 comentarios:

Ángel dijo...

No entiendo nada, pero intuyo que estás hablando del chino que hay enfrente de tu casa.

¿Voy encaminado?

Ernesto Castro dijo...

Una madre y su hija...el Corte Inglés...una ex-amiga, da igual, un ex-algo...

Debió ser como el día D de los cotilleos.

Anónimo dijo...

umm.. me has dejado intrigada!!!
no se me ocurre quien puede ser.. es lo que tiene desaparecer de España unos meses.. que luego todo ha cambiado!!

me apetece irme un día contigo al Corte Inglés.. como aquel día hace ya algunos años en el que nos compramos la misma camiseta!! Te hace??
Mua.. *eLe* =)

Unknown dijo...

jajajaja ... como ya dije en la entrada de otro post ... me río mucho CON algunas cosas que cuenta

solo un apunte:

el rencor solo lleva al odio ... y el odio ... mi jóven aprendiz de Jedi ... solo conduce al lado reverso de la fuerza

analiza tus sentimientos hacia otras personas ... los rencores con el tiempo resultan más pesados que un saco de piedras ... no vale la pena mantenerlos ... cuando pasen unos años notará la inutilidad de los mismos


BTW, pero que risas con el comentario final ... muy ácido eso si

Suntzu dijo...

Jajaja... Muy bueno. Cosa complicada eso de encontrarte con una antigua amiga/ex-amiga...Ufff