miércoles, 18 de julio de 2007

postheadericon Asesinato en la Viano Express

Hartos de mis dolores de estómago, de la ocupación simultánea de todos los servicios de casa y de que permaneciese en mi empeño por entonar el célebre lamento de Dido fingiendo estar moribunda por los pasillos de casa, mis padres han decidido tomar cartas en el asunto. La solución más adecuada para acabar con el problema, tras largas deliberaciones nocturnas, es matarme (creo que a mamá le daba un poco de reparo la idea en un principio, pero mi padre puede ser muy persuasivo).
Idearon un plan para acabar conmigo sin levantar sospechas, pero yo los he pillado, ¡vaya que si los he pillado!
Aún dormía yo inocentemente, cuando me amordazaron y me metieron a empujones en un todoterreno negro. Aturdida y sorprendida, pero todavía confiada, pregunté que dónde me llevaban, al parecer nos dirigíamos a Alicante. Una vez allí una doctora muy simpática me sacó sangre para un análisis. Y yo pensé que realmente sólo era eso. Pero en realidad su plan era aún más retorcido e ingenioso, endemoniadamente brillante.

Ayer llegaron los resultados. Ahora lo veo claro, su plan consiste en dejarme morir de hambre.
Para que os hagáis una idea, estos son algunos de los alimentos a los que tengo intolerancia:
  • Leche de vaca y de cabra
  • Azúcar de caña
  • Huevo
  • Remolacha
  • Uvas
  • Champiñones, setas y hongos

Haced un ejercicio la próxima vez que visitéis el supermercado y leed la etiqueta de lo que echáis en vuestro carro de la compra. En efecto, al parecer el huevo, la leche y el azúcar son en la actualidad los ingredientes básicos de la cocina mediterránea.

A partir de ahora lo que toca es sentirme como uno de esos personajes ridículos de Beverly Hills:
"Una Coca-cola Zero, por favor"
"No tenemos Coca-cola Zero, tenemos Coca-cola Light"
"¡Ah!, pues entonces agua mineral"

(Y sólo espero no dejar de sentirme rara nunca, por si realmente muto en alguien aún más ridículo de lo que ya soy).


No obstante, su plan no termina ahí, mañana partimos en un viaje sin precedentes, con todos los miembros del clan familiar, dispuestos a recorrer Francia en una caravana compuesta por dos coches y una furgoneta. Y sinceramente, no sé si podré regresar de semejante odisea sin recurrir a las tabletas Junglys.
viernes, 13 de julio de 2007

postheadericon Supersticiones

No es algo de lo que me guste presumir. Nada de lo que pueda enorgullecerme. Pero no me queda otra opción. Están ahí. A la vuelta de la esquina. En mi propia casa. Me persiguen, se ocultan, intentan destruirme. Las supersticiones forman parte de mi vida y yo bailo según el compás que marcan.
La gente con estrella puede permitirse pasar de ellas. La gente como yo prefiere no torcer más las cosas.
Los dados literalmente obedecen a mi hermano (pero literalmente). Lo imposible es probable a su lado. El azar lo puede todo y está de su parte.

Lo mío es otra cosa, soy gafe. Soy gafe y ya me he resignado. La mejor forma de superarlo es un con una sonrisa, pero eso no quita que sea un fastidio.
Una vez rompí un espejo en martes 13 (que ya es mala suerte, oye). Eso son 7 años mínimo. Bajé a la cocina del colegio mayor y le pedí una manzanilla a la cocinera. La pobre se preocupó por mí. Yo también estaba preocupada por mí. Lo que ella no sabía es que el asunto era bastante más grave que un simple dolor de barriga. Mientras la preparaba hice el ritual de desintoxicación con un salero. Fué ridículo, pero estaba lo que se dice entre el salero y la mala suerte.
En un examen de ocho temas estudié siete y de cinco preguntas tres eran del único tema que no había mirado. La asignatura en cuestión, Derecho Financiero y Tributario II ha pasado a mi lista de cosas pendientes, y sube puestos peligrosamente a medida que se acerca septiembre.

Extremo la precaución en todo lo que hago, esquivo gatos negros y obras, llevo amuletos, cierro tijeras cuidadosamente y jamás leo el horóscopo antes de un exámen por si no me gusta lo que pone.

De manera que casi me tienen que poner oxígeno cuando un amigo cogió mi bola negra de billar y le preguntó si Ginger iba a aprobar en septiembre Derecho Financiero y Tributario II. Me puse tensa y nerviosa, temiendo una predicción de lo peor. Finalmente la bola sentenció: "absolutely". Y esta noche he dormido un poco más tranquila.

Aunque para la próxima vez procuraré que la bola negra no esté a la vista de ninguna visita. Porque la gente se toma esas cosas demasiado a la ligera, y no sabe que hay cosas que es mejor no preguntar.
lunes, 9 de julio de 2007

postheadericon El meme de los años y las palabras

Me ha llegado el encargo de un meme muy curioso de parte de un hidalgo valiente y cortés a quien no puedo negarme.
El meme en cuestión consiste en definir con una sola palabra un año de mi vida, comenzando por el año 2003, así que... allá voy:
  • 2003 Cambio
  • 2004 Ritmo
  • 2005 Libertad
  • 2006 Paz
  • 2007 Renovación

Lo paso a aquellas personas que quieran seguirlo, especialmente me gustaría que se encargase de recoger este testigo Taun.

postheadericon ¡Cómprate una isla y piérdete!


¿Tienes 22 millones de Euros? ¡Enhorabuena, hoy podrías ser el afortunado propietario de una isla privada de lujo en la Polinesia!

Imagina por un momento... no más atascos, no más semáforos, se acabaron las piscinas públicas, los aprietos en la playa, se acabó escuchar por las mañanas "¡atención, atención el tapicero ha llegado a la ciudad!"...
¿Que no quieres saber nada de David Bisbal?, ahí estarás a salvo. ¿Que estás harto de que los mormones y vendedores del círculo de lectores llamen a tu puerta?, se acabó. ¿Petróleo en la costa? Nunca mais.
Al fin podrás ir por la calle a tus anchas, sin necesidad de combinar colores, sin tener que dar explicaciones a nadie. Podrás pisar el césped, gritar a las 3 de la madrugada, podrás pescar tu propia comida, entrar en contacto con tu lado salvaje... y recibir después un masaje en tu sillón vibrador al volver a casa.
Si lo que te va es más el rollo Mediterráneo no te agobies, también tenemos tu isla ideal. Una isla griega, con 123 olivos, un viñedo, melocotoneros, almendros, iglesia privada, torre veneciana, casa de playa, casa principal,zona de barbacoa y embarcadero, 23 millones de Euros.

Si tu presupuesto no da para tanto tranquilo, estamos en la era de las posibilidades. Todo el mundo debería poder tener su propia isla, por el módico precio de 497,000$ podrás ser el titular de este pedrusco.

En primicia absoluta, una predicción sobre todos los eventos dignos de ser mencionados que acontecerán este verano en mi vida:
Tomaré el sol en la playa

Bien, concluido este punto, y para evitar sucesivas entradas con el mismo título en el blog he decidido salir por la tangente. Procedo pues, a presentar las nuevas categorías del especial de verano:
miércoles, 4 de julio de 2007

postheadericon 14 minutos

Llegó pronto, demasiado pronto. Lo supo en el instante en que decidió salir de la ducha, antes incluso de comenzar el trayecto ya lo sabía. Así que esperó.

Desde el otro extremo del pasillo el bedel se acercaba con pesadez y las puertas cedían a su paso, abriéndose como enormes cajas de música huecas.

Se abrió la puerta 10, y ella esperó dentro. Y al poco apareció él, divertido con su secreto. Hablaron del tiempo y otras cosas. Esperaron juntos 14 minutos. Y en todo ese tiempo no imaginó nada ninguno de los dos.
martes, 3 de julio de 2007

postheadericon Oda a una puerta (y a una madre)

Anoche mi hermano llegó a las dos de la madrugada del aeropuerto. Aún estaba despierta, dando vueltas en la cama como una idiota. Llegaba tarde el sueño. Según mis planes debía estar durmiendo desde la una. Pero el reloj no entiende de retrasos, y la alarma del despertador tampoco. A las 5 sonaba como siempre con su estridente chirrido. Imposible. Lo apago con aire irritado; no quiero estudiar, quiero dormir. Y eso me disgusta, porque de nuevo me desvío del plan acordado.

Me levanto a las siete y en media hora estoy saliendo del garaje. Conduzco 100 kilómetros para ir a hacer un examen. Y lo hago. Y lo peor del día me espera a la vuelta de la esquina. Toca irse. Esta vez de verdad. Recogerlo todo y meterlo en el maletero de mi coche. Y la verdad, tampoco me apetece.

Y qué bien abrir la puerta, y descubrir que mi madre y mi hermano han conducido 100 kilómetros para hacerlo casi todo por mí. Casi, porque me han dejado el trabajo sucio: quitar para siempre de la puerta de la habitación 107 un buzón azul de cartón.