martes, 20 de marzo de 2007

postheadericon Degeneración de la especie.

Reconozco que soy pesimista respecto al género humano, pero la realidad no hace sino reafirmarme en mi recelo. Las fronteras más remotas y descabelladas han sido transgredidas y nunca, ni en mis más desenfrenadas hipótesis de agravio, pude imaginar algo así.
Ayer sin ir más lejos, pude comprobar lo retorcido de la mente humana. Las cotas de perversidad de nuevo han sido superadas impunemente.
Incluso yo, pese a mi previsión y permanente alerta, me sentí agredida cuando me di cuenta de que la onza de chocolate que iba a comer llevaba grabada una morsa en relieve. Nadie merece eso.

7 comentarios:

Francisco José Najarro Lanchazo dijo...

Jajajajaja, que chocolate era?

Ginger dijo...

Me apena delatar el nombre de una marca que me ha acompañado en los grandes momentos: kit-kat en las excursiones del cole, cappuccino en las reuniones con amigos, maxibon en las tardes de verano, caja roja en celebraciones... ¡y sin embargo ahora sólo puedo pensar en sus malditas tabletas JUNGLY!

Francisco José Najarro Lanchazo dijo...

ajjajaja...ahora comprendo xq salía una morsa!!!y encima me he quedado con ganas de chocolate...

Ángel dijo...

En efecto, ninguna morsa merece eso.

Ernesto Castro dijo...

Mas bien ninguna tableta JUNGLY merece eso.

Stepario dijo...

No lo encuentro tan grave. Seguramente una morsa contiene un extra de chocolate mayor que, por ejemplo, una libélula.
La cuestión es quejarse, ya quisiera tener yo un Jungly a mano.

Anónimo dijo...

Ginger Ginger,y pensar lo facil que habria sido dejar el chocolate donde cuidadosamente lo tenia escondido tu padre.....