viernes, 10 de agosto de 2007

postheadericon Muerte por Inanición (II)

La comida no mejoró en absoluto. Y antes de darnos cuenta la noche nos atrapó en los jardines de Versalles, cansados, hambrientos y desorientados. Y yo sólo podía pensar que esa noche tomaría MI helado, mi gran despedida del mundo de los lácteos.

Llegamos tarde al hotel. Muchos no tenían energía para bajar al restaurante. No era mi caso, claro. No podía faltar a la hipercalórica cita. Pero ¡ah!, decir gafe es decir poco si hablamos de mí.

CATÁSTROFE PRIMERA: MA POMME DE TERRE
Llegamos al restaurante y nos asignaron nuestra mesa. Pronto llegó el camarero y trajo la carta, pero yo ya sabía qué quería:
La última vez que estuve en Disney pedí un plato que llevaba la mejor patata asada que jamás había probado. Tanto, que la dejé en último lugar, para poder dedicarle la atención que merecía. su exquisito sabor, su aroma, su textura, su color dorado, su cuerpo... ¡toda ella me enloquecía! Había encontrado al fin a mi media patata. Y una oscura figura se abalanzó sobre mi plato y lo cubrió con los desperdicios de otros comensales. Me giré con la boca abierta (un grito ahogado, diría yo) para descubrir el sabotaje de ese bulto sin ojos que era la camarera que nos atendió.

Mi intención era matar dos pájaros de un tiro: de un lado, el desquite de la patata, de otro, el doloroso adiós. Ojeé el menú hasta que localicé el plato que buscaba.

Yo no podía ni esperar de la emoción. No podía pero tuve que hacerlo, vaya que si tuve que hacerlo. Esperé hasta que todos tuvieron sus platos delante y vi cómo los devoraban sin pudor. Mi prima y yo nos miramos boquiabiertas, ella estaba afectada también, pero yo me encontraba al borde del abismo. El ultraje.

Se habían olvidado del pedido en la cocina, pero lo solucionaron rapidísimamente. Demasiado rápido para mi gusto, la patata estaba casi cruda.

1 comentarios:

Moi dijo...

Jajaja, me he leído mucho leyendo tus aventuras con la comida! Al final te comiste TU helado o qué?