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domingo, 4 de mayo de 2008
Sentado al sol.
5/04/2008 | Publicado por
Ginger
Caminé por la calle, dando patadas a una lata rota de coca-cola. No había nadie fuera. Todos tenían cosas mejores que hacer.
Me gustaba el sonido hueco de la lata al golpearla. La golpeé hasta que un camión que pasaba la aplastó, le pegué una última patada pero el sonido ya no era el mismo. Una lástima. Llegué hasta la esquina y me senté en la acera a mirar la calle vacía.
Encendí un cigarro y me quedé mirando los carteles publicitarios que había pegados en la pared y en la parada de autobús aconsejándome cómo manejar mi vida y dónde invertir el dinero que no tenía. VOTA, la vida es móvil, ayúdanos a salvar el planeta y los delfines y las focas... joder con las focas. ¿Qué les pasa a las focas? viven mejor que mucha gente de esta puñetera calle. La Sra. Plumber por ejemplo, su marido murió a los tres meses de casarse y la dejó embarazada de gemelos. Esos malditos críos le han chupado la vida y la sangre. Ahora la pobre vieja está sola en su casa, probablemente esté acostada todavía. Desde que se quedó sorda casi no se levanta. Y nadie se ha molestado en hacer ni un puñetero cartel para ayudar a la Sra. Plumber.
Su hijo está en Boston, da clases en la Universidad y gasta todo lo que tiene en libros y vinilos, apuesto a que no los escucha todos. Y su hija probablemente haya ido con su maridote a tres fiestas benéficas este mes para salvar a las focas.
Y ahora dicen que se derrite el Polo y todo el mundo "uy, uy... el Polo..., el Polo...". ¿Y a mi qué me importa esa mierda? Yo echo de menos mi lata vacía de coca-cola. Me gustaba mucho golpearla.
Me gustaba el sonido hueco de la lata al golpearla. La golpeé hasta que un camión que pasaba la aplastó, le pegué una última patada pero el sonido ya no era el mismo. Una lástima. Llegué hasta la esquina y me senté en la acera a mirar la calle vacía.
Encendí un cigarro y me quedé mirando los carteles publicitarios que había pegados en la pared y en la parada de autobús aconsejándome cómo manejar mi vida y dónde invertir el dinero que no tenía. VOTA, la vida es móvil, ayúdanos a salvar el planeta y los delfines y las focas... joder con las focas. ¿Qué les pasa a las focas? viven mejor que mucha gente de esta puñetera calle. La Sra. Plumber por ejemplo, su marido murió a los tres meses de casarse y la dejó embarazada de gemelos. Esos malditos críos le han chupado la vida y la sangre. Ahora la pobre vieja está sola en su casa, probablemente esté acostada todavía. Desde que se quedó sorda casi no se levanta. Y nadie se ha molestado en hacer ni un puñetero cartel para ayudar a la Sra. Plumber.
Su hijo está en Boston, da clases en la Universidad y gasta todo lo que tiene en libros y vinilos, apuesto a que no los escucha todos. Y su hija probablemente haya ido con su maridote a tres fiestas benéficas este mes para salvar a las focas.
Y ahora dicen que se derrite el Polo y todo el mundo "uy, uy... el Polo..., el Polo...". ¿Y a mi qué me importa esa mierda? Yo echo de menos mi lata vacía de coca-cola. Me gustaba mucho golpearla.
Etiquetas:
Pequeña ficción
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7 comentarios:
Y Ángel, quitándose el sombrero, aplaude la genialidad del mejor relato que ha leído en mucho tiempo.
¿Estás leyendo a Raymond Carver a escondidas?
Bravo. Bravísimo.
Sencillamente sublime... gracias por la evocación.
Muy buen relato. Hacía tiempo que no pasaba por aquí...
Hace años, por cierto, escribí un poema donde el personaje también era introducido pegando patadas a una lata de coca-cola... Pero nada que ver... tu relato es mejor.
Besos
JM
De acuerdo con la forma y con el fondo. Muy, muy bueno.
Es lo que tiene el calor, que te hace ver espejismos...
A ver si ahora todo lo que escribas va a ser la leche monina... Yo te doy... te doy un... 6'5... je je
RRRRRRRRRRRRRRNNNNNNNNNNNNNN.........
plas plas plas plas...
¡GE-NI-AL!